El tiempo va y viene y cuando menos te das cuenta, ya has terminado la carrera y delante de ti el camino no se corta sino que se bifurca en diferentes direcciones. Depende de ti cuál elijas.
Ahora mismo estoy en una etapa en la que aunque no se acaban mis responsabilidades como alumna, ya empiezan las de trabajadora. Todavía intento asimilar la idea. Ahora es el momento de buscar trabajo, de empezar con algo hasta que crezca y pueda trabajar en lo que siempre he soñado.
Pero entonces, ¿ya puedo ponerme la etiqueta de filóloga china?
Sí que puedo y estoy orgullosa de haber llegado hasta aquí. Pero eso no significa que voy a dejar de aprender y mejorar mi nivel de chino. La lengua china es todo un mundo por descubrir y lleva tiempo perfeccionarla.
Ahora vivo en Tenerife y la mala noticia es que aquí es muy difícil encontrar una academia (que no sea la Escuela Oficial de Idiomas) que enseñe chino. Es por eso que me toca hincar los codos y convertirme en autodidacta, al menos hasta que cambie de residencia y pueda seguir mis estudios en una academia.
Hace unos meses probé suerte y presenté mi documentación en varias universidades chinas con el deseo de estudiar un máster. Para mí era la mejor oportunidad de mejorar mi nivel y a la vez especializarme. Pero...me faltaban documentos importantes como el nivel de inglés y el título universitario, así que al final no me aceptaron.
No todo son noticias malas. Que más da, si no he podido irme este año me iré el año que viene! Lo importante es que no dejéis de perseguir vuestros sueños y que no os rindáis a la primera.
Os deseo una feliz semana :)